HAYDN
Sinfonía número 104, en Re Mayor, “Londres”
MOZART
Sinfonía número 41 “Jupiter”, de Do Mayor (K 551)
BEETHOVEN
Sinfonía número 4 en Si Bemol Mayor (opus 60)
HAYDN
Sinfonía número 104, en Re Mayor, “Londres”
Fue compuesta en 1795 y estrenada el 4 de mayo de ese mismo año, durante un concierto que dio Haydn para su propio beneficio.
Escrita para los siguientes instrumentos: -dos flautas
-dos oboes
-dos clarinetes
-dos trompas
-dos fagots
-dos trompetas -timbales y la cuerda.
La obra comienza con una introducción “Adagio” en re menor de carácter menos improvisado que el de las tres sinfonías precedentes. En dieciséis compases tenemos tres partes bien distintas, la segunda de ellas en fa mayor. El grandioso comienzo al unísono y la respuesta de los violines definen los tres intervalos fundamentales de la obra en su conjunto. la quinta, la cuarta y la segunda.
La sinfonía también está unificada por el hecho de que muchos de sus temas hacen sucederse en dirección ascendente o descendente y no siempre en el mismo orden , los intervalos de tercera y de segunda, cuya sucesión cubre n un intervalo de cuarta.
El tema del primer movimiento “Allegro” anuncia sucesivamente los de los movimientos siguientes.
El tema principal del “Allegro” es especialmente sensible y cantarín. En sus notas dos a cuatro se suceden los intervalos descendentes de tercera y de segunda y sus compases de tres a cuatro forman un motivo de seis notas que será la base del desarrollo. Las notas dos a cinco de este motivo aparecen ya aisladas en el primer ”Tutti”, el tema principal reaparece en la dominante, y el tema secundario que interviene después de segundo ”Tutti”, tiene una función claramente conclusiva.
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El dramático desarrollo está casi enteramente basado sobre el motivo de seis notas sacado del tema principal , adaptada casi únicamente a las tonalidades menores . La reexpedición anuncia el tema principal , mitad y mitad, en la cuerda y en los instrumentos de viento. Tras de veinte compases de “Tutti”, el famoso motivo de seis notas irrumpe por dos veces a toda la orquesta, y, por primera vez. en la tónica (re,re,re,re,mi,re), lo que constituye la continuación lógica, la “resolución” de todo el desarrollo. Las notas mi y re serán todavía martilladas varias veces y el motivo de seis notas escuchado en eco. Silencio, eco del tema principal, “Tutti”, tema secundario. Los últimos compases, muy brillantes, lanzan de nuevo el motivo de seis notas en “forte” en la tónica. Así situado, al comienzo y al final de la reexposición , este motivo da a ésta una base muy sólida al mismo tiempo que contribuye a hacer de él el ejecutor de todas las tensiones del movimiento.
El ”Andante”, en sol mayor es una forma de lied A-B-A ́. Las cinco primeras notas de su tema principal corresponde exactamente a las cuatro primeras del tema del primer movimiento, mejor dicho, nacen directamente de él por medio de una modificación rítmica y añaden una nota(la cuarta de las cinco). En la parte A , tranquila y serena, sólo interviene la cuerda y fugitivamente un fagot. La parte B , en sol menor, es violenta y se interrumpe hacia el centro con un silencio dramático. En la parte A ́ Haydn manifiesta su sentido de la aventura: es casi tan larga como las otras dos unidas e intercala entre las repeticiones más o menos textuales de la parte A rodeos, escapadas de gran efecto poético en los que la flauta solista juega un importante papel. Este instrumento se “pierde” en un momento dado en la región de fa sostenido mayor, y , poco más tarde, vuelve “fortissimo” con una variante del tema principal y se entrega a delicados arabescos. El final está teñido por el color de las trompas.
El comienzo del “Minueto”, marcado Allegro. nace directamente, como hemos visto, de los compases 2 y 6 del tema principal del primer movimiento. Las notas dos a cinco de este Minueto - fa sostenido, doble la, si - ven sucederse los intervalos ascendentes de tercera y segunda y dos compases más lejos encontramos la sucesión de intervalos descendentes de tercera y segunda (re,si,la) todo lo cual testimonia una organización casi serial del material. Los diversos temas y movimientos de esta sinfonía están unidos por lazos muy sutiles y no de una forma intuitiva, como ocurre frecuentemente en las obras llamadas “cíclicas” del siglo XIX. La vuelta del tema de Minueto se anuncia con un redoble de timbales, y , hacia el final, dos compases de silencio preceden a un trino (flautas, oboes, fagots, violines) de la misma duración. El trío en si bemol mayor, contrasta por su calma.
El “Final”, marcado “Spiritoso” , es una vasta y poderosa forma sonata en la que el tema, nacido de una melodía popular croata o inglesa, deja sucederse los intervalos descendentes de segunda y tercera.
El tema v precedido y después sostenido por un bajo de gaita. En él domina el vigor, pero hay varios pasajes que contrastan claramente. El “segundo tema” está construido en valores largos ( blancas ) lo que da la impresión , por parte de Haydn de querer retrasarse ( como ocurre en el episodio A del segundo movimiento), impresión que se refuerza al final del desarrollo con sus “ritardando” compuestos sobre el papel y no
dejados a la iniciativa del intérprete: el discurso es cada vez más lento, pero el tiempo sigue siendo estricto.
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El episodio en cuestión evoluciona de do sostenido menor a fa sostenido menor, pero esta última tonalidad no se expone nunca en posición fundamental; una cadencia quebrantada permite a Haydn poner término a esta melancolía deslizándose hacia re mayor y hacia la reexposición. Un solo gran “tutti” conduce esta vez al “segundo tema”, después de lo cual Haydn prolonga aún el movimiento, como si hubiera sabido que esta sinfonía iba a ser la última, con una delicada formula cadencial de las flautas y los oboes, seguida de una dramática inmersión en el modo menor. Al final, el tema principal es repetido “fortissimo” sobre un potente pedal de tónica y los cuatro últimos compases exponen claramente los intervalos fundamentales de cuarta, de segunda y de quinta.
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MOZART
Sinfonía número 41 “Jupiter”, de Do Mayor (K 551)
El 10 de agosto de 1778 Mozart da los últimos toques a su última sinfonía. Escrita para los siguientes instrumentos:
-dos violines
-viola
-violonchelo -contrabajo
-una flauta
-dos oboes
-dos fagots
-dos trompas en do
-dos trompetas en do -timbales en do y en sol.
El contrapunto y la armonía son explotados con una maestría que se disimula bajo una facilidad que no es tal. En la construcción , una arquitectura idealmente equilibrada , cuyas vastas dimensiones forman un conjunto admirablemente proporcionado , de una asombrosa lógica formal.
1.- “Allegro vivace” ( en do , compás 4/4). Brigitte y Jean Massin ven en este primer movimiento la prolongación del problema final de la obra precedente (Sinfonía en sol menor) lo que confirma las llamadas al unísono del comienzo , impregnadas del más triunfante heroísmo.
A estas llamadas sigue una respuesta más dulce y después un poderoso “ritornello”, animado por la cuerda. La flauta y el oboe aportan al tema, durante la reexposición , una coloración más luminosa y menos cruda; en cuanto a la respuesta que sigue, se amplía y toma una importancia acrecentada hasta la vuelta del “ritornello” que, interrumpiéndose en el acorde de dominante , deja el sitio a un segundo tema y a su melodía de desbordante alegría. Y, cuando la orquesta se detiene de repente antes de que estalle en “fortissimo” una modulación menor, sabemos que este breve relámpago no será pasajero. El tercer tema con sus aires desenvueltos de aria de ópera cómica, nace de la “arieta” “Un bacilo de mano”, compuesta tres meses antes por el bajo Francesco Arbertarelli. Es este un tema de alegría inesperada el que después del “ritornello” , va a servir para un desarrollo de una desbordante vitalidad. Una cuarta transición de los instrumentos de viento y la melodía se lanza , en si bemol; en los compases finales , repetidos por los oboes y los fagots, se elabora un contrapunto cada vez más cerrado que desemboca en la vuelta del tema inicial de movimiento que, en fa mayor, modula por grados ascendentes , por encimo del cromatismo de los instrumentos de viento hasta la cadencia de la menor, que es la que marca el paroxismo del conflicto. Los últimos compases volverán a tomar la cadencia del tercer tema antes de la recapitulación, cuya principal modificación consiste en la transposición menor de la
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segunda exposición del primer tema. Y el tercer tema, aún más desbocado y aumentado con una fanfarrea, hará aún más fuerte la afirmación de victoria.
2.- “Andante cantabile (con sordini)” ( En fa, compás 3/4) Son los primeros violines los que exponen el tema , en dos partes, de este movimiento que se explaya con una melancolía soñadora, reforzada por el empleo de las sonoridades calurosamente íntimas de los instrumentos de viento.
En su primera aparición la melodía pasa a los bajos , sobre batería de las trompas y de los fagots, mientras los violines desarrollan un dibujo ligero y de curvas sinuosas. Tres notas a descubierto de los instrumentos de viento nos llevarán al segundo sujeto; su sombría tonalidad de re menor, sus síncopas que rompen el canto, dejan planear la angustia deshilachándose poco a poco para dejar el sitio al tranquilo tercer tema, aéreo e implacable , con su dibujo sostenido de seisillos al que los instrumentos de madera dan una nota un poco ácida. Aún más doloroso el segundo tema reaparece en el desarrollo, cuyos acentos lastimeros parecen repetirse indefinidamente, lo que cambia completamente la luz del primer tema en la recapitulación, más grave y al mismo tiempo marcada por el sello de los ineluctable, como una marcha imparable. La vuelta del tercer tema y su majestuosa calma lo confirma: es la paz lo que reina aquí, en este diálogo luminoso entre la cuerda y el viento que preludia la coda.
3.- Minutero Allegretto ( en 3/4) Un único tema lleno de confianza y elegancia para este movimiento que adopta la forma de un movimiento de sonata.
El desarrollo, de orquestación más densa, exhala cierta solemnidad a la que los instrumentos de madera confieren, sin embargo, una nota de ironía que persiste al llegar la recapitulación , enriquecida con una modulación y un contrapunto más complejo. Maderas y metales dan al trío un aire más agreste , pero ya se anuncia el final cuando, después de las barras del compás del trío, oímos las cuatro notas iniciales.
4.-Finale: Molto Allegro( en 2/2) Impresionante movimiento de sonata tratado en “fugato” El final de la “Jupiter” justificaría por sí sólo el título que se ha dado a esta sinfonía. De buenas a primeras, su complejidad nos desconcierta.
de hecho, todo está claro, expuesto con una lógica rigurosa , parecida a la que da toda su fuerza al final del “· Primer cuarteto dedicado a Haydn”.
El tema salta en los violines:
Más tarde es declamado por toda la orquesta y va seguido de una brillante conclusión a modo de estribillo. Después de la detención en la tónica, la fuga emprende su vuelo con la aparición del segundo tema , muy ligero, que viene a mezclarse con el primero. Un tercer tema, en sol, el más “cantabile” de los tres y en cual las maderas
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responden a la cuerda con una desenvoltura primaveral ; también él va a tomar parte en la fuga con un impulso juvenil hasta la conclusión de la primera parte que, lejos de ser una cadencia resplandeciente, deja a los oboes y a los fagots murmurar el dibujo del estribillo del primer tema. Igualmente animado, el desarrollo ve renacer la atmósfera sombría de los conflictos, y las modulaciones en sol menor y en la menor del estribillo refuerzan la inquietud. Pero este mismo estribillo se convierte en ascendente , modula hacia si mayor y de nuevo llega la alegría con la vuelta del primer tema que, a partir de la segunda exposición, da lugar a un soberbio pasaje fugado..
Si el segundo tema pasa más desapercibido, en tercero guarda intacto su encanto evocador y se funde en una magistral coda en la que el contrapunto , de una rara perfección, va a llevar a la culminación la imperiosa fuerza que anima cada tema y hace vibrar todo el movimiento.
En el apogeo de su genio, Mozart pone fin a su última sinfonía uniendo a una audacia desconocida y nunca igualada el rigor del estilo fugado de los antiguos maestros en la limpidez de una forma sonata.
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BEETHOVEN
Sinfonía número 4 en Si Bemol Mayor (opus 60)
Escrita de un tirón en el verano de 1806, se estrenó en Viena, en marzo de 1807 en casa del Principe Lobkowitz , y después públicamente el 15 d noviembre del mismo año en Hohtheater. La biografía del músico nos muestra que la obra fue concebida durante un período en el que el amor por la condesa Teresa von Brunswick parecía tener un futuro feliz. Podemos suponer que el color de esta sinfonía refleja parcialmente los sentimientos de ese momento. Fue dedicada a quien la encargó , el conde de Oppersdorf.
La orquesta está compuesta por: -una flauta
-resto de la madera a dos
-dos trompas en si bemol
-dos trompetas -dos timbales -quinteto de cuerda
1.-Adagio-Allegro vivace (en si bemol) Comienza con una introducción lenta en compás de 4/4, que es la más larga que ha escrito Beethoven. Despliega misteriosamente algunos acordes “pianissimo” de la cuerda que los primeros violines prosiguen en arpeqios “pizzicato”, todo sobre notas tenidas de la madera y de las trompas. Esta doble figura, se repite, modula entrecortada por sonidos cortados hasta conducir a un “tutti” sobre un acorde de séptima de dominante , y entonces la orquesta estalla “fortissimo” liberando el saltarín “Allegro vivace” , en compás de 2/2 , cuyo tema principal , de una alegría explosiva, , exponen en notas picadas los primeros violines y prolongan en sextas descendentes la flauta , el oboe y el fagot. La orquesta se ampara de él y los fagots realizan un acompañamiento “staccatto” , de un efecto casi cómico, sobre un trémolo del cuarteto de cuerda. Una serie de compases sincopados nos llevarán hasta el segundo tema prefigurado por las violas y los violoncelos y presentado por el fagot y después por el oboe y la flauta dialogado ( terceras descendentes en corcheas) que prosigue la cuerda al unísono. Después de un vigoroso ! tutti” aparece una nueva frase, dulce, de extrema ligereza, tocada en canon a la octava por el clarinete y el fagot solos y repetida por la orquesta. El desarrollo comienza en fa mayor con el motivo inicial de la obra que, como en la exposición, se convierten re mayor, con una fórmula de acompañamiento de un nuevo tema que enuncian los primeros violines y los violoncelos. Hay que señalar que el segundo tema de la exposición está excluido de este desarrollo, que llevará a la repetición del tema principal , abriendo con ella reexpedición. Es importante indicar el interesante empleo del timbal.Finalmente la conclusión se realiza sobre una última repetición de este tema , alternando “fortissimo” y “pianissimo” , con el trémolo del timbal en los bajos.
2.- Adagio (en mi bemol, compás 3/4) Este movimiento según Berlioz “ Sobrepasa todo lo que la imaginación más ardiente pueda soñar como ternura y voluptuosidad pura”.
Los primeros violines proponen al comienzo un acompañamiento rítmico, rasgo “ostinato” que repiten todos los pupitres y que justificará su permanencia con los
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timbales. El tema principal, puramente melódico, es expuesto “cantabile”, por los primeros violines-
El “tutti” repite -forte- el ritmo de base , y el motivo melódico es retomado por la madera, mientras el acompañamiento de los violines se convierte en un amplio balanceo de fusas que alterna con un breve elemento melódico que nos lleva al segundo sujeto, tocado “cantabile” por el clarinete; el resto de las maderas y la trompas responden dulcemente. Reaparece el acompañamiento rítmico, poco a poco , en la orquesta, para no subsistir más que en los segundos violines, que vuelven al tema inicial , ahora abundantemente variado. Aparece un nuevo tema cantado por la trompas y después por la madera antes de la reiteración de los dos primeros compases del tema inicial “pianissimo”. Sigue un “fortissimo” orquestal que sólo deja tras sí el ritmo de los timbales , “pianissimo” , para concluir “ en crescendo” con dos acordes de “tutti” de notable concisión.
3.- Allegro vivace ( en si bemol mayor, compás 2/4) Se trata de un doble “scherzo”, aunque el movimiento no lleve este título acompañado por los dos tríos. El “tempo” es rápido. Comienza “fortissimo” con un motivo en los primeros violines, clarinetes y fagots sobre el acorde perfecto de si bemol y está ritmado sobre el equívoco binario-ternario. Después de la primera repetición, asistimos a una especie de desarrollo, que, obligado por la modulaciones, nos llevará otra vez a si bemol y a una repetición del “scherzo”. El tema del trío, “un poco meno allegro” aparece en la madera y en las trompas, con una respuesta en eco de los primeros violines; surge un motivo secundario en los fagots, segundos violines y violas, que forma una especie de movido acompañamiento en la repetición del tema de trío. Después de las repeticiones, reedición del “tempo primo” , interrumpido el término de la primera sección del “scherzo” y acorde conclusivo, “fortissimo” en si bemol.
4.- Allegro ma non troppo (en si bemol, compás 2/4) Breve final, de una ligereza indolente, vertiginosa, que traiciona inmediatamente las sinuosidad rápida de la frase expuesta por los violines.
El primer tema se enuncia en los primeros violines para ser seguidanmente repetido y variado por las maderas. Se presenta un segundo tema en fa mayor en el oboe -dulce- y se repite en arpeqios en los violines. La figuración decorativa se superpone por fragmentos, que se sueldan y conducen a la repetición de la exposición. Hay un corto desarrollo que lleva a una reexposición de esta configuración por unísono de los violines y las violas. La coda hace aparecer otra vez la frase inicial en un zumbido misterioso de los bajos y esta frase, en un “fortissimo de toda la orquesta, arrastrará a la escala conclusiva en lo que Chantovoine califica de una “alegre banderola melódica”.
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